martes, 18 de junio de 2013

SUEÑOS, ENSUEÑOS, DELIRIOS: Cuando la autoridad peca de prevaricación

"Era de noche y yo llegaba caminando con pijama y un cabestrillo en mi brazo izquierdo a la entrada del centro asistencial. En esta entrada se encontraba el director del hospital, encarnado en el director de la Mutual de Rancagua. Estaba arriba de las escalinatas de la entrada y en una postura de emperador romano en el senado. Ante mi expresión de pregunta el director sentenciaba: "La situación es grave, tiene laceraciones internas que hay que evaluar. Tiene comprometido el hígado y el pulmón derecho, lo tendremos en observación".

Así había escuchado la sentencia. En la realidad yo me encontraba en coma inducido como luego, a las semanas me contaron.

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