martes, 18 de junio de 2013

RECAPITULEMOS: Un lunes de trabajo como cualquier otro

De mañana, suena el despertador a hora habitual, me levanto a la ducha y luego vestir el uniforme y desayunar. Algunos momentos para ver las noticias en TV mientras recordaba el entrenamiento físico del día de ayer.
Estaba bien en el tiempo y mi ánimo era bueno.
justamente en la noche, conversando con mi señora le hice ver lo inoficioso de tener el celular encendido, que lo apagara para que descansara tranquila. Los últimos retoques, la despedida y salgo para iniciar el trayecto en mi NITROX.

Hasta el momento todo bien, todo en flujo, las luces verdes se me iban dando y yo a cuarenta y hasta cincuenta por hora hacía el recorrido de siempre.
Ya por la calle Millán se veía movimiento, delante mío, un típico Bus LINK, que transporta operarios para la mina se veía a cierta distancia, por el carril derecho. Por mi parte, evalúo la posibilidad de adelantarlo y tomo las providencias del caso, mantengo mi carril izquierdo, acelero, diría a sesenta e inicio el adelantamiento. De improviso veo que este vehículo mayor comienza a moverse y yo quedo justo en la mitad de él bus. El impacto era inminente. Con todas las fuerzas aplico ambos frenos esperando que la ronceada no me fuera a dirigir caerme bajo la máquina mayor. Al caer, me deslizo sobre el pavimento y mientras lo hacía pensaba: "Parece que hasta aquí no más llegué..."

Luego todo se oscureció por un momento, y en un tiempo como detenido sentí que era aplastado por un vehículo que pasaba sobre parte de mi cuerpo.
No sentía dolor

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