jueves, 29 de agosto de 2013

SOLO HOY ME ENTERE

Mientras me venía a la casa en el móvil, conversaba con el conductor:
- ¡Bueno!, y a usted, ¿que fue lo que le paso...?, Preguntó.
Yo por supuesto, comencé a relatarle los hechos. Para que voy a mencionar que me he vuelto algo "mototematico".
     En fin. Así va la cosa...
- Así que fue usted. "Fíjese que acá en el hospital se decía que había muerto un GGSS en un accidente de transito, y que éste, incluso había trabajado aquí. Para otros, algo más informados, Usted estaba muy grave, pero no había muerto...". No sabía que se referían a Ud.
      Con  ese comentario llegué a casa para hacerle  saber a mi esposa, y en el acto comenzó la conversación. Al parecer nadie daba una "chaucha" por mi futuro, incluso ella se había ido de reto de parte de un medico cuando insistió en preguntarle si existía alguna esperanza. El médico fue terminante, y practicamente sentenció, "Con las heridas que su esposo tiene, y considerando el accidente que tuvo cualquier otra persona habría muerto", y él continúa respirando
     Me siento muy afortunado de tener la oportunidad de poder escribir estas líneas. 

viernes, 23 de agosto de 2013

MI PSIQUE SE HIZO PERMEABLE ...¿O todo fue fantasía?

Llevaba ya varios días de consciencia y estaba siendo atendido por varios médicos, enfermeras y paramédicos, los que se sucedían de acuerdo al turno correspondiente. Me daba cuenta que las noches eran noches sólo por el movimiento que existía a mi alrededor.
     En uno de los turnos me fue presentada una paramédico de nombre Nanda. Hermosa, una morena de esas que uno no olvida fácilmente. Joven y fuerte, ella era capaz de moverme y de acceder a mis sugerencias para temas tan delicados como el aseo diario de un politraumatizado que además debía soportar fracturas a nivel de columna y costillas.
     No había vergüenza, conocía cada uno de mis secretos más íntimos que escondía mi cuerpo y el respeto de dicha intimidad se ponía de manifiesto a diario.
     Era un fin de semana y a mi me habían llevado a otra parte, querían enseñarme un juego que luego descubrí la esencia de su funcionamiento, Este era el denominado "Mente súper ocho". Luego de aquella afiebrada pero emocionante sesión y ya de noche me ubican en mi cama tipo mecano un lugar aparentemente desconocido, encima de las barandas superiores de la cama varios paños pendían casi como un tendedero de ropa en el patio.
     Ya de noche y yo sin poder conciliar el sueño veía como el Capitán de fuerzas especiales, cuyo nombre no recuerdo deambulaba por el lugar.
     Mi cuerpo se encontraba sudoroso y afiebrado deliraba, un sinfín de figuras con forma de ropajes transparentes flotaban por mi entorno, cada vez estás imágenes iban en aumento. Yo disfrutaba lo que ocurría como si fuera la mejor de las fiestas de sábados de mi tiempo adolescente. Casi no me daba cuenta que me encontraba amarrado  de pies y manos y en posición semi sentado. Mi boca sedienta añoraba un vaso con agua, un jerigazo o al menos un poco de algodón humedecido para mis labios. Me encontraba en esa situación cuando, casi sin darme cuenta, y con todas esa figuras livianas y transparentes flotando en mi entorno aparece Nanda, con un vaso con agua, mi salvación. Pero había algo extraño en mi mente, me encontré en la siguiente situación, mi mente que otrora se encontraba ocupada en la observación del fenómeno del flotar de las  "animas", ahora parecía haber ingresado a la mente de la hermosa y señorita paramédico.
La podía sentir "caliente", era en realidad una hembra en celo, y casi sin la posibilidad de descargar su energía en ningún macho. Estaba claro que estaba yo ahí, pero para ser franco, era indudable que mi situación de salud no me lo permitía.
Una hembra salvaje era la que se me había acercado a darme un poco de agua y yo me daba cuenta que no era sólo mi sed la que quería ser saciada sino que el cuerpo de ella también deseaba ser tocado. Estaba inquieta, tremendamente intranquila, y en mi entorno más y más figuras transparentes flotaban en el aire. Intenté tocarle una mano pero las amarras eras demasiado fuertes. Ella captó el deseo, qué quiere hacer don R, recuerde que tiene que recuperarse de sus fracturas, además usted no puede moverse, me hacía ver Nanda.
     El breve contacto con su cuerpo había sido suficiente para mí, aunque ella luego se alejó.
      Tuve que conformarme con mirarla a la distancia.
     Me dio gusto observar como emergía de su cuerpo su más salvaje animalidad cuando la vi enfrascarse en una discusión con empujones y todo. Nanda estaba fuera de sí y digámoslo por su nombre, su cuerpo anhelaba un hombre, un macho que la zamarreara un poco y satisfaciera su necesidad de sexo. Yo no podía, sólo me quedaba ser el espectador, aunque ya eso para mí era una gran experiencia. Me preguntaba a mi mismo si yo bueno y sano, luego de mi recuperación podría con esa tremenda hembra en celo. A seis meses de aquel evento aún me lo pregunto. Mi cuerpo ya no es el de antes, aun duele mucho.
     Imaginen quien se ganó el preciado loto acumulado que evidenciaba esta morena ardiente, nada menos que el capitán que deambulaba por los pasillos en busca de quizás que terrorista loco que había caído herido y que se encontraba  también en la U.C.I. Que suerte dije yo para mi mismo, yo con mis alucinaciones de ánimas flotando por el aire y la princesa india había encontrado que  alguien pudiera satisfacerla como ella en ese momento requería. Qué lástima no haber sido yo el que estaba sano aquella noche, pero que va,
     Una puerta verde se cerró luego que la pareja hizo ingreso a la habitación  del primer piso. Cerca de aquella habitación y detrás de unas pesadas cortinas otra mis amigas enfermeras se revolcaba con uno de los kinesiológos, de ambos lados oía los gemidos de placer. Mis imágenes flotantes se confundían con la música de salsa cantada por Celia  Cruz, en sus mejores años de juventud. Una negra sensual, tremendamente seductora que comenzaba a configurarse en una especie de calendario colgado en la pared. De súbito, las imágenes que flotaban alrededor comenzaron a transformarse en la vestimenta de Celia, quien al son de la música cubana se iba desprendiendo de ella, mientras su rostro se transformaba en el de Nanda.
     Al poco rato salió el capitán de la habitación. La pareja que se había ubicado detrás de los cortinajes verde billar salió luego. Por lo que escuchaba, al parecer estaban sin preservativos y él, el kinesiólogo había decidido terminar afuera. Después de un rato aparece Nanda algo malhumorada, al parecer el capitán había sido insuficiente para satisfacerla, Yo por mi parte continuaba con las alucinaciones febriles de figuras blanco transparentes y el striptease de Celia en el calendario de la pared.
     Era Obvio, la leona había quedado insatisfecha andaba tras de un macho que la saciara. Nanda se paseaba de un lado a otro cuando aparece otra paramédico rubia, algo mayor que ella. Algo se dicen y nuevamente la leona se encierra con esta nueva opción. 
      Era  impensable para mí no deleitarme con esta nueva opción, mientras más de media docena de mangueritas salían y entraban de distintas partes de mi cuerpo, algunas para ingresar fluidos y otras para sacarlos de él. Adentro de la habitación ambas amazonas se revolcaban en la cama, quizás pensando en que para la mujer es más fácil, pues satisfecho el deseo ya después viene la relajación, el descanso y el olvido, no como a los hombres que sienten vergüenza y jamás olvidan.  Casi podía escuchar lo que ellas pensaban.
     Para mala suerte  de ellas, la auxiliar de aseo, ya de edad avanzada y valores algo extemporáneos ingresó intempestivamente a la habitación y se encontró con el pastelito, poniendo el grito en el cielo.
     Al poco rato sale la rubia paramédico, algo despeinada y luego la fogosa Nanda.
     Quizás ese fue el momento en que comencé a tener más deseos de mejoría y conocer en mejor forma a este tipo de mujer, sensual, fogosa y deseable.