viernes, 9 de marzo de 2012

MI HIJO, MI COPILOTO. Parece que estoy equivocado

Es extraño escribir estas líneas, pero necesito hacerlo. Siempre pensé que mi hijo, sería mi copiloto en el deambular de esta parte de mi vida. Lo ví nacer y de muy niño , también lo ví crecer. Con el tiempo, y aunque nos fuimos distanciando siempre estuve a su lado lo más que pude y llegé a pensar que aunque no compartíamos la misma cabina, si él era mi copiloto en este crucero de la vida, sentía que era como yo, parecido a mí en valores, y preferencias, y muy importante, sentía que ambos podíamos empatizar en lo profundo de los sentimientos, que podíamos ser incluso "complices" en algunas posibilidades de aprendizaje no convencionales, pero necesarias para la vida en la realidad más real.
No creo estar errado, pero si, me siento muy dolido, y casi traicionado por una visión de la realidad que a todas luces es artificiosa y falsa y que obviamente no obedece a lo que yo creo que es lo más natural y sano.

CONTACTO EMOCIONAL: Un Tesoro a buscar

Es probable que ya haya hablado de esto, sin embargo siento intimamente que es necesario volver a hacerlo. Me refiero al contacto emocional profundo que logro, y puedo admitirlo y corroborarlo fenomenológicamente.
Mucho tiempo ha pasado en que mis emociones se encontraban a la deriva, o dicho de otro modo, permitía que anduvieran a la deriva, por desconocer algunos argumentos técnicos que me permitiesen encauzarlas. Goleman con su reconocida obra Inteligencia emocional aporta lo suyo de manera magnífica, sin embargo con el tiempo me iba dando cuenta que no era suficiente con el enfoque meramente intelectual, hacía falta algo más. Ese algo más lo brindaba de alguna forma la terapia bioenergética con su profundización de la respiración, y la gimnasia psicosomática con su equilibrio tónico y del PH sanguíneo.
Ahora, para ser más práctico, la pose del arco es, para mí el que permite que este equilibrio se dé en forma concreta. Posición que en mí ha permitido que logre lo que anduve buscando como si fuera el más preciado tesoro, por mucho tiempo.