martes, 30 de agosto de 2016

DESPUÉS DE CINCO AÑOS

     En el presente siglo se evidencia una celeridad que otrora era imposible de visualizarse. Los actuales avances tecnológicos hacen que lo que ocurre en un momento ya al siguiente, sencillamente sea cosa del pasado. 
     Que porque digo esto, sencillamente porque  por cinco años dejé de ver a mi hijo y ayer, justo ayer nos encontramos, al hacer coincidir un momento de casualidad/causalidad. Sentí que mi afecto era el mismo, incluso aumentado. Lo que en aquel momento sentí fue amor de padre y lo digo con mucho orgullo.
     Decir que mi hijo era el mismo, claramente no, incluso si lo hubiera visto yo, quizás no lo hubiera reconocido, sin embargo ahí nos encontramos y nos reconocimos en el afecto. Sentía el pecho, el corazón e incluso sentí que algunas lagrimas brotaron de alegría. La emoción era desbordante. Había sido cinco años y por fin lo tenía conmigo, a mi lado... cinco años es mucho tiempo.

AUTO OBSERVACION: Tiempo pasado

     El tiempo de la auto observación ya pasó, al menos en lo que se refiere a mirar"con lupa" algún aspecto de mi personalidad que requiriese tal necesidad
     
     Efectivamente, ya aconteció ese momento para mi persona, ahora me esmero en ser lo mejor que pueda ser yo mismo. Probablemente haya ocupado mucho tiempo en tal "proyecto", y quizás para muchos haya sido una total pérdida de tiempo, dinero y recursos, pero ahora, al mirar al pasado me hace tomar mucho más consciencia y ser mucho más tolerante con actitudes y visiones personales que pudiesen tolerarse en otras personas.

     Ahora, yo me pregunto: ¿Tengo derecho a explorar las distintas dimensiones de sí mismo que pueda detectar como auténticas inquietudes? 

     Mi respuesta es enfática: Por supuesto,  claro que lo tengo ese derecho.