Mientras caminaba, mi vista se dirigía en forma espontánea e ineludiblemente hacia abajo, no precisamente hacia el suelo, sini más bien a mirar los pies de la gente. de pronto desde la profundidad de mi mente surge una voz, un pensamiento, indicándome que sólo me fijara en lo que me gusta. Siempre en un soliloquio íntimo me pregunté ¿a qué se refiere dicha voz?
Continuaba mi transitar por una calle cualquiera cuando nuevamente emerge de lo profundo del inconsciente aquella voz que nuevamente me indicaba lo mismo, que me centrara en lo que realmente me gustaba, y esto cada vez que yo dirigía mi vista hacia aquello que no me gustaba pero que ineludiblemente se dirigía mi mirada. Finalmente hice consciente el gesto y la acción.
De súbito comencé a redescubrir la realidad que me rodeaba, toda se encontraba de mejor forma, era casi como para no creerlo. Por así decirlo, todo cuanto observaba era como un premio para mis sentidos. De noche luego de compartir con la gente que quiero, me fui a la cama. Tuve sueños realmente creativos y reparadores.
Al día siguiente seguí en la misma tónica y me encontré viviendo situaciones realmente cada vez más crecedoras.
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