viernes, 25 de octubre de 2019

CUANDO ALGUIEN GRANDE SE VA



EL CRECIMIENTO PERSONAL DE ALGUIEN PUEDE INFLUIR DE UN MODO TAN DESCOMUNAL QUE AFECTE INCLUSO LA ESTABILIDAD DE UNA COMUNIDAD

Siempre sospeche que el poder que esta persona poseía iba más allá de lo lógicamente concebible. Tenía la capacidad de hacer que el punto de vista de un extremo o de otro fuera conciliatorio. Este punto lo pude observar cuando, él en su lecho de muerte, y por tanto muy lejos del mundanal ruido de la ciudad, mientras esperaba irse de esta forma de realidad, en la ciudad se fraguaba una revuelta social. Nada hacía presagiar que dicha revuelta, mucho más rápido que lento se transformó en algo que para algunos era un germen de una guerra civil. Para cuando este amigo, finalmente murió el desastre social que se había comenzado a manifestar hizo que dicha sociedad, para muchos países ya considerada casi de un primer mundo se relegara indeclinablemente a un retroceso de más de 25 años. No solo había muerto una persona, sino que se había ido aquella persona que hacía que la paz, el amor y mejor aún, la capacidad de interacción sana de toda la comunidad de una nación se mantuviera dentro de márgenes manejables.

Si alguien me preguntase, quien era él o que es lo que hacía él para  que esto se diera de ese modo, sólo me atrevería a argumentar que él era auténticamente una persona de bien y que andaba en estado de flujo por la vida y la naturaleza y como consecuencia de ello, la naturaleza o el estado mental se manifestaba reactivamente y afectaba de un modo pacífico en la gente de la mencionada comunidad. Cuando él murió, el distanciamiento de la gente aumentó de una manera infernalmente dramática.

Podrá haber sido una mera casualidad pero dicha situación pasó y eso es innegable. El sincronismo, idea presentada por Jung, simplemente se presentó.