domingo, 15 de marzo de 2009

VIVIENDO CLARO Y CON CUENTA GOTAS

Mencionar esta característica necesariamente debo remontarme a la fábula de Sísifo. Puedo ir desarrollando una maraña de buenas acciones, nobles sentimientos, y realizar un sinfín de actividades que ennoblecerían a cualquiera, sin embargo basta cometer un pequeño desatino para tener que comenzar de nuevo desde cero. No es preciso señalar que el perfeccionismo excesivo es una de las peores autoderrotas, sin embargo no siempre es posible observar con lupa cada uno de los gestos con que se vive, pues como seres humanos tenemos siempre la posibilidad de la equivocación.



Una forma de observar nuestro comportamiento se relaciona con conocer las características del eneagrama señalado en el anterior artículo, sin embargo cuantos de nosotros estamos dispuestos a revisar nuestro comportamiento pasado, sobre todo cuando este ha dejado comprometido a terceras personas en nuestras frecuentes relaciones interpersonales diarias, y como nuestro propio yo interno nos hace sufrir, apretando nuestros sentimientos y nuestras entrañas con contracciones aponeuróticas que nos señalan nuestra equivocación con dolor, incluso, liberando muchas veces fantasía mental no deseada.

El vivir lo diario con cuenta gotas es una carga pesada, no nos hace sentirnos bien, y nos aleja de la posibilidad real de mejorar nuestras posibilidades y en definitiva alcanzar mayor libertad y mejor calidad de vida.

Si de alguna forma esto es lo que experimenta Sísifo en su desventura diaria, téngaselo merecido o no, la existencia eterna sin libertad, sólo nos deja la satisfacción de realizar, sea lo que fuere que hagamos lo mejor posible, quizás como lo señalaría Carlos Castaneda en sus textos, vivir el resto de nuestra propia existencia con la impecabilidad de un guerrero. quizás incluso vivir por un tiempo la desventura del trabajo con sobre esfuerzo, pues no se vislumbra otra posibilidad real que no sea esta forma de esclavitud disfrazada, en pleno siglo 21.


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