REMEMORANZAS
Me encontraba solo, en mi lugar de confort cuando
comencé a descender montaña abajo Al llegar al valle, veía que todo lo que
conformaba las montañas era basura, distintos colores, formas y tamaños. Abajo
había gente trabajando, máquinas funcionando. Suciedad propia de las labores de
trabajo. Polvo en suspensión. Luego de ver ese ambiente, decidí volver a mi
zona de confort, creía en principio que eso podría hacerlo siguiendo el flujo
del camino, pero a poco andar me di cuenta que terminaría más sucio aún.
Entonces decidí volver por donde venía, aunque parecía ser el mismo camino, ya
había cambiado, el lugar estaba en remodelación. Yo seguía subiendo, el suelo
se torna oscuro, como si fuera barro o brea, o petróleo. Más gente venía
bajando por dicho camino y mientras yo subía nos cruzamos sin hacernos mucho
caso. Eran personas desconocidas.
Cuando llegué a una zona en el cual ya me sentía más
cómodo, me doy cuenta que estaba en aquel lugar Erenchun y Bascuñán conversando
algo, no les hago mucho caso y desde una cajonera saco una media de lana color
beige, ¡hasta que la encontré!, exclame. Luego me doy cuenta de que no era la
que buscaba y me digo, que esa media
está tan sucia como cuando subo a acampar a la montaña.
PROLEGOMENOS
El
día anterior había tenido un episodio muy desagradable en el trabajo. Un
desencuentro con un chofer prepotente el cual me insulta con improperios de
grueso calibre y amenaza con golpearme. Por supuesto, tal suceso fue descrito
en el libro de registro para tales efectos. Mi cuerpo estaba muy alterado en un
principio.
Por la
noche luego de llegar a casa, le cuento lo sucedido a mi señora, me escucha y
le baja un poco el perfil.
Luego de comer algo, y distraerme conversando algo y acompañándonos
con una comedia de la televisión, el sueño me vence. Había andado todo el día
con un dolor articular en una mano y tomé un par de pastillas analgésicas y
antes de ponerme a dormir realicé una técnica de integración psico/emocional.
El sueño fue muy profundo aunque por el exceso de agua ingerida me levanté en varias
oportunidades a orinar. Cada vez que volvía a la cama, usaba la misma técnica respiratoria
anterior, aunque la última vez usé además el primer nivel de otra técnica
denominada focusing. La consecuencia de esta “actividad mental” permitió que
soñara con la persona causante de la situación de incomodidad, al cual veía muy
claro aunque en un lugar y en un contexto muy distinto.
UNA CONVERSACION DE AQUELLAS
Mientras
desayunábamos con mi señora, ella me pregunta que cómo había dormido, le
comento que bien, y le cuento brevemente el sueño del descenso de la montaña,
el cual era de pura basura, le agrego también que es esa justamente lo que yo
creo acerca de los sueños, en el cual se acumula la “basura psíquica” que se ha
vivido en el día y si hay sueño, esta será representada de un modo que sea “disfrazado”
para que no dañe la mente y el sueño sea realmente una actividad que repare,
corporal y mentalmente.
Continúo
con el relato y le comento acerca de cómo en el pasado, casi como un simil de
la ingesta de opio, había querido vivir mi realidad y de los sueños, como
Calderón de la Barca, pues la realidad de la vigilia era algo que no deseaba.
Solo desistí de ello y le pedí a mi padre ayuda médica (psiquiatra) cuando ya
no deseaba seguir viviendo la única alternativa que veía era el suicidio. Si
has visto visto la película “El Origen”, la trama del filme representa algo de
lo vivenciado en aquella época experimental de mi vida.