domingo, 30 de diciembre de 2018

DISFRUTANDO LA COMPAÑIA DE MIS PENSAMIENTOS

     Mientras hacía el recorrido inspectivo visual, recordaba las veces en que incursioné en el fundó de mis primos, en Las Peñas. En un par de años estuve en cinco oportunidades, más que las veces que fui de vacaciones a la zona, aunque obviamente, en estas ocasiones las visitas eran por menos tiempo. 

     En la primera oportunidad, luego de no ir de visita por varios años, pude quedarme cuatro días y tres noches. Era fines de julio, en pleno invierno. La temperatura era muy baja, sobre todo en las noches. En las mañanas, el toldo de la carpa, algo grande para sólo una persona, amanecía con una capa de hielo. 

     Recuerdo que fueron cuatro días, prácticamente en la soledad absoluta, prácticamente ninguna persona a la vista para intercambiar ideas o tan solo conversar. Solamente con la compañía de la naturaleza, ruido del arroyo,  de las hojas de los árboles al ser mecidos por el viento, y una que otra ave silvestre de la zona. Sin embargo, recuerdo que una de las experiencias que más disfruté de cada una de aquellas oportunidades de excursión en el campo era "la compañía de mis pensamientos". Era en verdad un deleite escuchar mi pensamiento. En verdad, fue un descubrimiento tremendo y muy positivo. 


     La experiencia de estar solo, en la naturaleza, y solamente ser y estar acompañado por los propios pensamientos me hacía disfrutar aún más esa situación, al punto de no desear abandonar el lugar. Lo único que me decía que había que volver a la casa era que ya me estaba quedando sin víveres. 

     Era como si me sintiera vivenciando un "Juego de colonos", o incluso una suerte de "Terapia Cámping", en un real "Campamento Base".

     Ahora, cuando por mi trabajo debo de estar en turnos de noche, muchas veces en la soledad más absoluta, recuerdo aquellos momentos en el "Campamento Base" de Las Peñas y es muy parecido lo que logró sentir. Obviamente acá hay más comodidades tecnológicas, y esas son las que permiten que el trabajo sea mucho mas placentero. Es como si yo me hubiese estado preparando para lo que me tocaría a futuro, o sea para el hoy que estoy viviendo.

     Quizás  el único inconveniente que le veo a esta forma de vida es que ha reforzado mi deleite por estar solo, si he de ser completamente honesto, me siento realmente bien, y puedo hacer prácticamente gran parte de las cosas que disfruto, es cuando no estoy en compañía de otra gente. 

     Luego de realizar estas incursiones al fundo de mis familiares, mi sobrino me hizo ver que ya no fuera más a dicho campo, pues dada mi forma de ser, prácticamente me estaba convirtiendo en un ermitaño. Algo que yo no creo, aunque como cito en párrafo precedentes, asumo mi deleite por estar en ocasiones, completamente solo, con a compañía de la naturaleza y mis pensamientos.

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