viernes, 16 de marzo de 2018

VALADALEN. El paraíso del atleta.


Desde niño tuve la motivación para hacer deporte, en muchas de sus modalidades. En los años 80, recuerdo, mientras cursaba mis estudios de Educación Física, de Teoría del Entrenamiento, conocí la palabra Valadalen.  Un importante entrenador físico, denominado “Gössa Olander”, de nacionalidad sueca ofrecía su terreno montañoso, llamado Valadalen y los atletas que lo conocieron lo denominaron “el paraíso del atleta”.

Pero por qué lo señalo en esta página, mientras trotaba en mi entrenamiento deportivo, intercalando los pensamientos administrativos de llevar la cuenta de las vueltas en la pista y dosificar las energías, surge en mi mente la consciencia de la naturaleza, los pinos los arbustos, el suelo de maicillo, y el entorno del parque, entremezclado con los rayos de sol que aparecían entre los árboles. Era ese, efectivamente mi paraíso para entrenar, era mi “Valadalen”. También, mientras trotaba por la pista, y luchaba por levantar un poco la cabeza para mirar mejor el entorno, recordaba aquel tiempo en que leía el texto y llegó a sobrecogerme a tal punto que incluso cuando tuve la oportunidad de plasmar la palabra en algo, lo hice escribiéndola con un estampado azul en la espalda de un buzo de entrenamiento, y que lucí por mucho tiempo mientras estudiaba en la universidad porteña.

Es claro que mi afición deportiva, para muchas personas constituye algo que difícilmente haría por voluntad propia, por considerarlo un verdadero sacrificio; algo que para mí no es, y muy por el contrario, constituye una real fuente de rejuvenecimiento personal.

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