domingo, 4 de febrero de 2018

Dedicarme algún día a hacer tarot?

Al realizar la tirada de la gran cruz, la primera carta que apareció fue la templanza, ella me da la clave de lo que debo hacer, y es favorable para mí.
Sin embargo, la segunda carta que sale es el ermitaño, el viejo sabio que me da la espalda y alumbra hacia otro lado.
La tercera carta me indica que mi consciencia creciente debe cambiar hacia una consciencia universal. Me indica seguir un camino juicioso para alcanzar lo que quiero.
La cuarta carta es la muerte. La interpreto como un gran cambio en mi consciencia y en mi vida. Es otra forma de existencia, pero para ser franco, tal carta me produce cierto temor, pues la veo, al menos por ahora como algo negativo. Esta carta adelanta la solución, adelanta el resultado. Sopesa las ventajas y debilidades de la nueva opción.
En gran medida, la gran sacerdotisa ya me ha dicho cuál es el camino.
Como conclusión puedo entender que he quedado sorprendido por el resultado de tirar las cartas, y de cómo es posible influir en la psique, personal y la de otros, también me doy cuenta que es una herramienta muy poderosa y que se debe usar con cuidado, con mucho respeto. La prudencia pareciera ser la clave.
Hace unos días hice otra pregunta sobre otro tema y utilicé otro método de tirada de cartas y quedé enormemente sorprendido, incluso más que ahora. En aquel momento pude darme cuenta de la facilidad para darle orientación a personas, utilizando herramientas propias y muy personales que cada uno pueda tener. Pero debe presentarse el método con tremenda prudencia y no intentar uno influir en el resultado.
Quizás el hecho de haber usado este juego de la gran cruz con cartas de un mazo distinto es que el resultado no hubiese resultado del todo legible.
Aún estoy en etapa de exploración y queda bastante por experimentar aún, pero, pero pasó a paso y con mucha  templanza.

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