Me
encontraba conversando con Alejandra, una muy buena alumna de uno de los
últimos colegios en que trabajé, nos encontrábamos en los pasillos y había
mucho alumnado, era como si nos encontrábamos saliendo a recreo. Ella me hacia
una confidencia personal, casi como una confesión se declaraba como una
rompedora de matrimonios, ante lo cual, luego de escucharla, le dije que había
conocido de muy cerca a personas que habían tenido experiencias parecidas y que
al final de su vida no lo había pasado bien. Alejandra se limitó a escucharme. Mientras hacia este comentario, surgía en mi mente, a modo de "flashback difusos y breves, la imagen de una buena amiga, fallecida hace poco.
Luego
surge Alejandra, mi hermana y continuamos conversando, mientras nos dirigíamos
a la ducha juntos.
Ya
despertando, en estado hipnopómpico observaba movimientos pélvicos femeninos,
la pelvis estaba desnuda y acostada. Como realizando el coito.
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