En la noche todo era oscuro excepto ese
cuadro claro. Todo el cuadrante era la pantalla de un computador, mientras que
esa parte clara era como la ventana de un programa que se abría. Lo oscuro correspondería
a la noche, o más bien a la oscuridad del inconsciente, mientras que lo claro
correspondería también al inconsciente pero visto de una manera encubierta, como
si se tratara de una película, con trama, protagonistas y todo.
Durante
el sueño los ojos se mueven rápidamente, de ahí el nombre, movimiento ocular
rápido (MOR)-en inglés REM-. Para que no podamos representar los sueños, el
cerebro envía señales a la médula espinal, que paraliza las extremidades. En el
estado hipnagógico (entre la vigilia y el sueño) es común pensar que se está
despierto, hasta tal punto que se tiene seguridad de tener los ojos abiertos,
de ver y oír cosas alrededor, pero no se puede uno mover. Hay incluso ocasiones
en que la persona que está durmiendo en ese estado se despierta, y la
inmovilidad permanece. Sin embargo, el cuadro revierte a la normalidad en unos
segundos.
Este
estado ha llevado a mucha gente a interpretar que está sufriendo una
experiencia paranormal o que algo (seres extraños) o alguien les está
impidiendo moverse o hablar.
En muchas
ocasiones, las alucinaciones hipnagógicas producen representaciones visuales
coloridas, la mayoría de las veces sin ninguna relación con la realidad. Esta
característica genera, también, la sensación de una vivencia extrasensorial en
muchos de quienes las experimentan.
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