lunes, 23 de mayo de 2016

RECUERDOS DEL AYER

     Aun corriendo el riesgo de perder información importante, prefiero dejar documentado uno de los momentos más felices por mi vividos, me refiero por cierto al nacimiento de mi hijo Ricardo, hecho acontecido en 1994, un 23 de mayo a las 12 del día, hace 22 años. 
     Recuerdo que, mi entonces señora y madre de mi hijo, Bruny, comenzó muy a media noche a sentir las sensaciones de parto. Por cierto, y muy de acuerdo a nuestra forma de ser, teníamos preparado el procedimiento y se hicieron cumpliendo todos los detalles. Don Enrique, Padre de Bruny llegó a esa hora para el traslado a la Clínica Las Dalias, lugar ahora convertido en un flamante hotel.
     Las sensaciones de parto, si bien era cierto comenzaron temprano, la hora del parto propiamente tal sólo se programaría a las 1:30 de la mañana. El Dr. a cargo, y como actualmente se hace me permitió acompañar a Bruny en el quirófano y por cierto ver el nacimiento de nuestro hijo. Por supuesto, tuve que vestirme para ocasión, de modo que en el lugar parecía yo uno más del equipo de médicos, al menos así me sentía.
     Recuerdo el Dr. dijo, el niño viene con collar de tres vueltas, eso era para señalar que el cordón umbilical daba tres vueltas en el cuello y que por tanto la cesárea practicada para el nacimiento era el procedimiento indicado. Aun recuerdo haber visto como al sacarlo del cuerpo de su madre, le desenvolvieron el cordón del cuello con mucha calma, contando incluso las vueltas. Ricardo venía manchado con una capa de sangre en todo su cuerpo, una vez que lo limpiaron me lo pasaron para que lo sostuviera pero no me atreví a tomarlo, por temor a que se me cayera por impericia. Sólo atiné a tocar su cuerpecito. Me sentía inmensamente feliz, luego se lo pasaron para que lo conociera su mamá. Finalmente lo llevaron a otra sala para exámenes médicos de rigor.
     Terminado el nacimiento y toda la actividad en el quirófano, pasó muy poco rato y llegó mi padre de Santiago, con quien conversamos sobre lo acontecido con mucho cariño. Yo estaba muy emocionado y me sentí profundamente acompañado y apoyado por mi orgulloso padre.

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