viernes, 6 de septiembre de 2013

CUANDO EL CUERPO PIDE AGUA: Un jeringazo es la respuesta que me hizo alucinar...

     Así es. Llevaba más de un día sin tomar agua, mi cuerpo estaba seco y mi piel resquebrajada. De mi brazo izquierdo emergían unas "mangueritas" que terminaban en bolsas plásticas que pendían de unos ganchos.
     Mi cuerpo dolía, aunque podía mitigarlo si presionaba un interruptor que inyectaba analgesia, aunque hacia sentir mucho calor y aumentaba mi sed.
     A cargo del cuidado de mi persona estaba una enfermera de lentes muy delgada que eventualmente se acercaba a mi cama para preguntarme si necesitaba algo.
- Agua, le respondí, tengo mucha sed.
- Don "R", espéreme un momento, voy a ver que puedo hacer.
- ¡Hum!, parece que conseguí una aliada. Bueno saberlo. Ojalá me de un poco de agua.

      Y cumplió, aunque pasó bastante rato volvió con lo que necesitaba. Con una jeringa grande, que con mucho cuidado puso en mi boca, una cantidad que debía superar los 180 cc hicieron que quedara gratamente  impresionado de aquella persona, pues lo hizo con cariño.

     Al poco rato sentí que mi cuerpo se refrescaba y al cerrar los ojos comencé a alucinar... con ella, la musa que me dio el jeringazo con agua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario