Es lamentable pero aún cuando he tratado de sublimarla con meditaciones y pensamiento positivo, ella está ahí y es molesta. Ganas de golpear y destruir se agolpan en la mente conjuntamente con fantasías aún más perniciosas.
Fantasías que resurgen una y otra vez y que cadavez se actualizan con ideas cada vez más bizarras pero en las cuales prevalece el deseo inequívoco de hacer desaparecer a la persona que motiva dicha emoción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario