domingo, 17 de junio de 2012

OTRO AUTOGOL. Para qué decir más.

Puedo estar jugando un muy buen partido de fútbol, haber hecho reales aportes pero basta un breve descuido, una pequeña dudad para que todo se derrumbe y surja el autgol y para más remate, se pierda el partido.

La frustración surje, cada molécula de mi persona se turba tratando de hallar explicaciones y encontrar culpables. cuando el único culpable soy yo. Esta vez no fue una estúpida cartita cuyo contenido se mal interpretó, ni una pelea callejera que se escapó de todo control, tampoco el haber descargado la ira en forma verbal en un mocoso que deseaba explorar los límites propios y ajenos, no esta vez fuí yo quien en un momento de obnubilación mental, dejó entrever que no era apto para el cargo y tuvo que ser removido, aún cuando haya obtenido los mejores puntajes en las evaluaciones previas.

No tiene caso, en la cancha se ven los gallos, y esta vez, como en variadas otras ocasiones este, gallito se mandó un numerito que le costó el puesto, un autogol que ni siquiera vislumbró en los peores momentos ni en los peores partidos de fútbol. que más da ya no queda mucho que decir. En algun momento jugué en las grandes ligas, por así decirlo, en primera división, en este momento el juego era en el ascenso. Espero no terminar en los potreros con tantos autogoles, aunque si bien es cierto no me gustaría terminar al final de mis días en una fosa común como el conocido Wolfang Amadeus Mozart...
Si existiera Dios le pediría que me diera la fortaleza necesaria para prevenir los autogoles y al final de mis días termine en el crematorio para ser tiradas mis cenizas en un parque, cualquiera fuere este.

No hay comentarios:

Publicar un comentario