miércoles, 10 de febrero de 2010

CATECOLAMINAS EN MI TORRENTE

Hacía ya tiempo que no sentía su permanencia en mi torrente y la influencia que ejerce en mi estado de ánimo. Es muy claro ya, una de mis debilidades, el carácter del demonio que hacía tiempo no sentía, es como si quisiera romper, destrozar, golpear. También es claro reconocer que este sentimiento no me gusta.
Poco saco con alardear de "Técnicas que permitan manejar el Stress" si yo no logro mantener, o recuperar el equilibrio cuando lo necesito. ¿Será posible acaso lograr esto último, recuperarlo a voluntad?. Casi logro recordar el tiempo del aquel personaje de TV, ícono del pensamiento lógico: El Sr. Spock, y como traté de emularlo en mis juegos infantiles y también ya más grandecito. aún lo recuerdo, casi con nostalgia. Aún así, mi mal humor me invadía.
De las cosas que tengo claras puedo señalar es que una vez enojado, me cuesta desenojarme, puedo estar un poco molesto y basta un pequeño incidente para que esa molestia se potencie y se transforme en enojo, e incluso en ira...
Debo tener presente en todo momento, fundamentalmente cuando me encuentro en estos períodos de excesiva energía que una forma de aplacar ese estado de ánimo es iniciar mi práctica de t'ai chi y de psicosomática, me calma aun en los períodos más álgidos de stress.
Sin embargo reconozco que me es difícil dejar mis hábitos de trabajo corporal, de juegos corporales, de gatillamiento de endorfina y adrenalina en mi torrente, deesa sensación de tremnda energía que me permite resistir la práctica deportiva a esta edad avanzada que ya tengo, y disfrutar asi como un niño el funcionamiento de mi cuerpo.
Es posible que haya algo de hebefrenia, pero también es cierto que necesita esa endorfina y esa adrenalina para poder lidiar con toda esa frustración que significa no encontrar trabajo estable y saber que puedo entregar todavía algo útil a la sociedad y con ello poder siquiera mantenerme a mi mismo. Nada saco con estar como estoy, así de sano, si no logro hacer que alguien me contrate para trabajar por un salario que me de la dignidad que requiero. Ni pensar en mis hijos, en mis padres, ni en la mujer que quiero; ni siquiera puedo pensar en un respaldo para mi salud personal. Ahora, ni hablar del acopio de deudas que continuamente se me acumula. Estos momentos de frustración me hacen ver la realidad desde un profundo pozo del cual no puedo salir sin ayuda y noto que nadie me la brinda, sólo me observan desde arriba como si fuera un animal salvaje de zoológico al cual hay que estudiar sus reacciones.
Por favor, no me hablen de Dios, pues de existir este, creo que también para él soy sin ninguna duda su chivo expiatorio, e incluso me atrvo a decir, el especímen con el cual él puede experimentar.
No hay drogas, no hay alcohol, hace ya tiempo que mi comportamiento es el adecuado, mi pregunta entonces es ¿Hasta cuándo debo seguir sufriendo esta indignidad?
Hacía tiempo que no recordaba a Sísifo, sin embargo me duele admitir que en este momento no sé en que tipo de hacer puedo aplicar sus enseñanzas. He extraviado el norte, al menos, un día como hoy me gustaría ver que es lo que ve el personaje de "abre lo ojos" una vez que ha saltado de la corniza del enorme edificio.
Casi entiendo al personaje de la historia del Mundo Feliz de Huxley, Juan Salvaje y su decisión final de la única verdad acerca de la libertad que existe, la libertad de llegar hasta aquí con la propia vida.
Jamás había llegado hasta aquí, a escribir con tanta propiedad sobre este tema y sentir que son auténticas palabras emanadas de mi mente, ya algo menos agitadas, y ya algo menos estresadas.
Hacía tiempo que no me sentía molesto por algo, y hacía tiempo que no practicaba esta forma de conversación conmigo mismo, esta forma de asumir mi autoderrota que obviamente menoscaba mi confianza y mina ostensiblemente mi autoestima, y que logro descargar en esta página para verlo con mayor objetividad.

Rex Freeman

No hay comentarios:

Publicar un comentario