DESPIDIENDO
A PAPÁ
I Tengo
mucha pena, y cada cierto rato rompo en llanto. Es difícil que me haga el ánimo
de ir al hospital a ver a mamá. Ella notaría mi estado emocional. No creo poder
mentirle sobre lo que ocurrió con papá. He estado así todo lo que va de la
mañana. Estoy muy solo en la casa familiar.
II En una casa vecina, un perro con su aullido intermitente es el único
compañero en éste dolor del alma que ahora empaña mis ojos. Un poco de aseo en casa, alivianan esta carga de tristeza ahogando
y encubriendo esta pena que ahora siento. No busco explicaciones, creo que
están de más, Aunque las
coincidencias evidencian la situación de
despedida en el que me encuentro.
III Al final si fui a ver a mi madre.
Que dolor saber que la verdad va a doler más que el mismo infierno que
ahora ella está padeciendo. Ya las preguntas sobre su esposo son cada vez más
frecuentes y el sufrimiento de aclararle sus dudas aumenta. El alivio que nos queda es saber que aun la
historia no llega a su fin. Lo peor es saber que la tormenta que azota a esta
familia aún no termina de pasar.
IV Acabo de ver tu cuerpo estaba
inerte esperando su siguiente estado. Cuando
recuerdo como hiciste para mover todos los hilos y poder despedirte de mamá. Sí,
ese esfuerzo tremendo en tu silla incompleta. Tú intuías el final Y aunque pude ver que parecías mejorar
eran sólo chispazos de ello. Pocos tuvieron la oportunidad de saber cómo
quedaste después de aquel esfuerzo
inconmensurable con tu cansado cuerpo. También pocos escucharon como llamabas a
mamá echándola de menos o pidiendo su ayuda
para súbitamente quedar en blanco y exclamar: “Pucha se me había olvidado”.
O “Que pena tengo. Podría ser yo a
quien le pasó lo que a ella” Padre mío, como decía una tarjeta, tu dulce y
eterna novia estaba lejos y poco o nada podías hacer para remediarlo. Tu empuje
fue mayor, hiciste tu último esfuerzo contra todo pronóstico y la fuiste a ver.
Pudiste verla, conversaste con ella
por última vez. Tu corazón lleno de
amor había dado su último y mejor esfuerzo,
pero también sabía que había recibido la estocada final. Lo pude presenciar. Los últimos cuatro o cinco días sufriste
las consecuencias de tu valor, de tu
perseverancia, empuje y pasión. Tu
última misión la habías sabido cumplir.
V Estas burdas palabras entremezcladas con lágrimas expresan mis
sentimientos y admiración que por ti sentía y siempre sentiré. Diferencias a
veces las hubo, era claro, somos y fuimos siempre personas diferentes, y con
disimiles puntos de vista Pero a
tiempo llegamos a reconciliarnos. Tuve
la suerte de poder decírtelo el último día que te vi con tu cuerpo vivo.
VI Éll sabía más que yo lo cansado que estaba y sólo añoraba su descaso, y
así lo hizo. “Hijo por favor necesito tal cosa, ¿puedes pasármela…? “Que
sorpresa me daba con su frase, hasta el final fuiste ser grande y respetuoso Papá, siempre te consideré mi mejor
amigo y ahora estás en otra forma de
existencia te mantengo conmigo en mi corazón, mis sentimientos, recuerdos y
palabras. Incluso te he tenido participando en mis sueños y dándome consejos en
mi hipnagogia.
VII Nuestro siguiente encuentro será pronto, tus cenizas nos acompañarán por
un tiempo en nuestro hogar esperando la mejor oportunidad para ser despedido por
tu novia eterna, mi madre. Y así tu
podrás descansar en paz. Mientras
tanto mis lágrimas continúan empañando mis ojos.
En verdad no creí que doliera tanto despedirme de ti.
TU HIJO Y AMIGO, RFS
No hay comentarios:
Publicar un comentario