EL CRECIMIENTO PERSONAL DE ALGUIEN PUEDE INFLUIR DE UN
MODO TAN DESCOMUNAL QUE AFECTE INCLUSO LA ESTABILIDAD DE UNA COMUNIDAD
Siempre sospeche que el poder que esta persona poseía
iba más allá de lo lógicamente concebible. Tenía la capacidad de hacer que el
punto de vista de un extremo o de otro fuera conciliatorio. Este punto lo pude
observar cuando, él en su lecho de muerte, y por tanto muy lejos del mundanal
ruido de la ciudad, mientras esperaba irse de esta forma de realidad, en la
ciudad se fraguaba una revuelta social. Nada hacía presagiar que dicha
revuelta, mucho más rápido que lento se transformó en algo que para algunos era
un germen de una guerra civil. Para cuando este amigo, finalmente murió el
desastre social que se había comenzado a manifestar hizo que dicha sociedad,
para muchos países ya considerada casi de un primer mundo se relegara indeclinablemente
a un retroceso de más de 25 años. No solo había muerto una persona, sino que se
había ido aquella persona que hacía que la paz, el amor y mejor aún, la
capacidad de interacción sana de toda la comunidad de una nación se mantuviera
dentro de márgenes manejables.
Si alguien me preguntase, quien era él o que es lo que
hacía él para que esto se diera de ese
modo, sólo me atrevería a argumentar que él era auténticamente una persona de
bien y que andaba en estado de flujo por la vida y la naturaleza y como
consecuencia de ello, la naturaleza o el estado mental se manifestaba
reactivamente y afectaba de un modo pacífico en la gente de la mencionada
comunidad. Cuando él murió, el distanciamiento de la gente aumentó de una
manera infernalmente dramática.
Podrá haber sido una mera casualidad pero dicha situación pasó y eso es innegable. El sincronismo, idea presentada por Jung, simplemente se presentó.