Sin ir más lejos ayer recibí la noticia de un abuelito, huésped de un hogar en donde también reside mi madre, que había partido, lo descubrí revisando las redes sociales y una amiga, dueña de aquel hogar comunicaba el sensible suceso. Casualmente yo había ido a visitar a mi mamá hace algo así como una semana atrás y después de un rato de ver que él no se encontraba pregunté por su persona, me respondieron que se encontraba en su habitación, y que estaba postrado, pedí permiso para verlo y fui a saludarlo. conversé algunas palabras con él, se encontraba lúcido pero muy débil, en algún momento me hizo acordar a mi padre, cuando algunos años atrás estaba ya por fallecer, de algún modo supe que en ese momento me estaba despidiendo de este señor, don Rodolfo.
De algún modo escribí algo en la red social y llamé a Santiago para saludar a mi madre, no la encontré en pie por la hora, pero si me interioricé del sensible fallecimiento de don Rodolfo, llegué a la conclusión nuevamente que la muerte es un paso hacia una forma de descanso a la cual vamos todos en forma ineludible. Don Rodolfo tenía cáncer gástrico y solo se supo en la autopsia..