Han
pasado varios días del evento que a continuación voy a relatar. Mi actual
relación de pareja con Calú es muy buena, pero aclaro que mis gustos hacia las
mujeres es real y está muy marcado. Tal situación la veo puesta a prueba en
cada nueva instalación en donde he debido trabajar. Tengo también claro que no
voy a arriesgar una relación afectiva madura de varios años por disfrutar de
una aventura, con una nueva mujer. Podemos perder mucho.
En
la nueva instalación había conocido a gente y toda era bastante cercana en lo
afectivo, un muy buen clima organizacional era el corolario de aquellas buena y
nuevas relaciones laborales. Siempre me he dado cuenta que con las mujeres me
llevo mucho mejor que con los hombres y lejos las prefiero a ellas; de esto me
doy cuenta pues rápidamente elaboro un ranking de la mujeres que me gustan en
tal o cual lugar por donde frecuento. La persona que lidera el ranking en esta
nueva instalación es Vale y en ella veo muchas cualidades que me gustan en una
mujer, entre ellas, la simpatía y la sensualidad. También, ahora me doy cuenta
que le encuentro un cierto parecido a la hermosa Fiore.
En
el océano del inconsciente me permití la oportunidad de saludarla y declararle
mi gusto por ella. En lo consciente, tengo claro que ambos tenemos relaciones
familiares y de pareja respectivamente que difícilmente vamos a desechar así
como así, pero eso no significa que vamos a hipotecar nuestras preferencia,
cerrándose a nuevas oportunidades de satisfacción y placer, aun cuando sea
platónico y sólo de tipo mental. A continuación relato un sueño relacionado con
lo que acabo de exponer:
“Andaba solo, en unas construcciones
subterráneas tipos bajos york en el centro de Santiago, estaba iluminado pero solitario,
había muchas sombras. En aquel lugar, sorpresivamente me encuentro con Fiorella
nos saludábamos y continuábamos un rato juntos. En un momento, y en forma no
premeditada nos besamos en la boca y me sentí tremendamente bien; le manifesté
mi gusto por ella haciéndole notar que el beso
era producto del estado de flujo en el que nos encontrábamos ambos. Me
escuchó, diciéndome que necesitaba ir al baño, y nos volvimos a besar en la
boca para despedirnos. En el mismo sueño
lo sentía como una declaración de amor que había sido correspondido.”
Aquella
impresión también me invadió al despertar. El sueño había sido hermoso, al
momento de despertar me sentía renovado, como si el panorama de mis gustos
estuviera mucho más definido y claro.